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Bienvenido al desierto de lo real


A veces pasa(y cuando digo a veces, quiero decir casi siempre) que te pasas la vida esperando una situación. Una situación con todas las miradas y las sonrisas calculadas, con las conversas estudiadas, con las emociones necesarias, y el reparto ideal. Un fantástico guión escrito y dirigido por ti, con una banda sonora hecha a medida y sacada de tu larga colección de mp3. Tienes memorizada tu escena perfecta, la escena perfecta, que sin duda, es digna de un oscar. Y cuando llega ese momento, cuando los protagonistas comienzan su actuación y el sueño empieza a coger forma....lo hechas todo a perder. Te sorprendas de que el guión tome su curso, te sorprendes de que esta pasando, que lo estas viviendo, y te entran los nervios. Los mismos nervios que se tienen antes de salir al escenario, los mismos nervios que te traicionan y te fallan cuando más los necesitas. Y empiezas a repasar lo que tienes de hacer y descubres que no puedes. Que ese papel no lo sabaras interpretar, que...MALDITO MIEDO!!Y mientras otra persona hace tu papel, otro actor consigue el oscar y otro "amigo" vive tu sueño, descubres que el temor mata a la mente y que los sueños también pueden ser rehenes. Rehenes de terroristas de sentimientos, y que curiosamente no tienen sentimientos.

Y es que en el fondo nos pasamos el invierno esperando el verano, con todo lo que ello comporta. Esperas que el sol caliente de nuevo, que los días vuelven a ser claros, que las nubes no aparezcan en tu cielo, y cuando llega, te aburre el calor, te agobia la playa y hechas de memos la calidez del fuego mientras ves caer la nieve por la ventana.

Supongo que todos vivimos en una estación sin parada, una estación que hace obras en su corazón pero que sigue siendo la misma, una estación que ve los trenes pasar.

P.D: Demasiadas historias en un mismo post.

Escuchando.... Fito y Fitipaldis - Cerca de las vias

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